Se trata de Ruffian, una yegua nacida por allá de 1972 en Paris, pero no en Europa, sino en una ciudad de ese nombre de Kentucky, en Estados Unidos. Fue criada por Locust Hill Farm, situados en Maryland, pero nació en Claiborne Farm una granja de renombre que entre otros, crió a Gallant Fox, que ganó la Triple Corona norteamericana en 1930 y Vigil, el ganador del Preakness Stakes de 1923. Además de tener como sementales a verdaderas estrellas de la hípica, como Sir Gallahad III y Princequillo, incluso al máximo exponente de la hípica del siglo XX, Secretariat.
Ruffian es considerada para muchos como la mejor yegua que ha existido en el mundo de los Pura Sangre; comparto esta opinión. La yegua fue excelente y ganó lo que quiso, clásicos Grado 1 contra machos y la Triple Corona femenina en 1975. Ahora este clásico es llamado la Triple Tiara. Ganó stakes como el Astoria, Spinaway, Sorority, Acorn, Mother Goose y el Coaching Club American Oaks. La mayoría de estos, en el estado de Nueva York, donde se corre el Kentucky Derby. Para las yeguas, de 1957 a 2002, la Triple Tiara se dividió en el Acorn Stakes, el Mother Goose Stakes y el Coaching Club American Oaks. Actualmente los clásicos llevan distinto nombre. Los tres fueron conquistados por Ruffian en 1975, haciéndola una de las nueve yeguas que se han llevado la Triple Corona femenina en EU.
El 6 de Julio de 1975 en Belmont Park, NY, se decidió hacer una carrera parejera entre Ruffian y Foolish Pleasure, ganador del Kentucky Derby del mismo año. La carrera fue llamada "La Batalla Equina de los Sexos". A los dos caballos los montaba el mismo jinete, el panameño Jacinto Vásquez. Cuando le fue requerido elegir a qué caballo montar, el eligió a Ruffian, creyendo que la yegua ganaría facilmente.
Al partir, todo el público presente -más de 50,000 espectadores en el Hipódromo y más de 20 millones por televisión- estaba a la espera del ganador, que se convertiría sin duda en el mejor ejemplar del año. Se abrieron las puertas y salieron los dos ejemplares a pelear por el liderato de la carrera. Ruffian se golpeó el hombro en las puertas, pero no impidió su carrera. Siguieron así por más de 3 furlongs (1 furlong = 201.168 metros) con un rápido 221⁄5 segundos para el primer cuarto de milla. Llegados los tres furlongs, Ruffian dominaba por medio cuerpo, cuando los sesamoideos de su mano derecha se rompió. Pero la yegua siguió corriendo, aún y cuando Vásquez trataba de detenerla. Ella quería ganar, tenía el espíritu de triunfadora.
Así, siguó corriendo hasta que se detuvo del dolor, pero a causa de seguir con el ímpetu de ganar, se rasgó la piel del menudillo y se deshizo el hueso, quedando inservible. Fue atendida por paramédicos veterinarios y un cirujano ortopedista, y fue operada durante tres horas. Cuando despertó, creyó que seguía en carerra, y hizo el movimiento de galope, golpeando con el yeso su hombro, que finalmente se rompió en pedazos. Deshizo la operación, pues su hueso volvió a romperse. Como el equipo médico encontró imposible el volver a operarla, y sobre todo, que quedara bien, fue sacrificada.
Lo que quiero demostrar con este artículo, es que realmente la yegua fue excelente. Luchó hasta los últimos momentos por ganar, entregando su propia vida y dolor por llegar a la meta. Estuvo corriendo hasta el final de su vida.
Ruffian fue enterrada en el infield del Belmont Park, con su nariz señalando hacia la meta, en señal de victoria. Además, se creó una alberca de recuperación, así, los caballos operados despertarían en agua caliente y no se lastimarían después de ser intervenidos. Fue clasificada en el lugar 35 de los mejores 100 caballos del siglo XX y fue incluida en el Salón de la Fama del Museo Nacional de Carreras de Caballos. La revista Sports Illustrated la colocó en el lugar 53 de las 100 mejores atletas del siglo, y fue la única yegua que apareció en la publicación.
Además, se creó el Ruffian Handicap, corrido hasta 2010 en Belmont y ahora cambiado a Saratoga.
El 26 de Mayo de 2009 se abrió el Ruffian Equine Medical Center, donde se atienden a los caballos lesionados o en peligro de serlo.
Y lo que me parece lo más cierto de todo esto, es lo que dijo el entrenador de Ruffian después de su muerte: "As God as my witness, she may even be better than Secretariat.", o sea: "Teniendo a Dios de mi testigo, ella pudo ser aún mejor que Secretariat."
Yo lo creo cierto, la yegua merece el respeto de todos los fanáticos de la hípica. Descanse en paz. Les dejo una imagen de la yegua. Hermosísima.
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